El
MOOC Ocio y lectura crítica de las
ficciones mediáticas: géneros (Fantasía,
ciencia ficción y terror), series y
sagas se han presentado en la plataforma Miríadax_. El material docente se visualiza a
través de textos y vídeos en los que se intenta acercar el género de la ficción
fantástica. Para ello, bucea en la historia y la evolución de las creaciones
literarias, producciones cinematográficas y cómics donde selecciona las más
significativas para el equipo de profesores. Otra posible selección sería la
realizada por la directora Grabiela Villeco en este vídeo.
Toda historia se
inicia por un principio, ésta arranca con una introducción a la fantasía
tradicional, el terror, la ciencia ficción y los géneros fantásticos. Eloy Martos Núñez nos disecciona la
ficción fantástica con sus géneros, temas y personajes. Habla del concepto
fantasía en su sentido más amplio y su relación con el folklore. Nos define
fantasía, nos recuerda que fantasía proviene del griego y tiene la misma raíz
que fantasma. Nos presenta las ocho categorías de la fantasía. Debemos saber diferenciar entre mito, cuento
y leyenda que son formas de folklore. Así, nos aclara que mito (la Biblia)
trata de historia que la comunidad cree que ocurrieron, los cuentos son la
experiencia, más que invenciones, que corre de boca en boca por lo que el mito
y la leyenda (lugares y tiempo concreto: Acueducto de Segovia) se asemeja, son
verídicos, sin embargo, en contraposición, el cuento (un espacio indeterminado,
érase una vez…) es una narración lúdica pero no se basan en la premisa de
veracidad, más bien, son narraciones maravillosas (cuento de hadas). En fin, “un
mismo esquema argumental parece hallarse unas veces como mito, otras como
leyenda y otras como cuento”. La línea argumental de la exposición desciende a
los tipos de leyendas. Se señala las fábulas. Se sumerge en los fabularios y bestiarios
que en Grecia y Roma les sirven de alegorías para explicar una enseñanza. En
general, las sagas y obras fantásticas clásicas son como cuentos o
mitos “en grande”.
El autor
sigue explorando la relación entre literatura y folklore, escritura y oralidad,
tradición literaria y tradición folklórica. Ambos conceptos confluye, se
entremezclan en las obras, el Quijote y otras, y los autores, Lorca y otros,
beben de ellas.
El
siguiente tema nada en el terror. En
él son claves sus personajes y criaturas prodigiosas. Frankenstein configura el monstruo por antonomasia y Poe traza con maestría los caminos de
la monstruosidad en sus relatos. Se enlaza con el romanticismo. Reflejo en los
cuentos góticos. Irrumpe el terror psicológico. Bracea el texto en las dos
vertientes del terror como es el primitivo y el moderno. Indaga en sus
clásicos.
Finalmente, la introducción
recorre el término Ciencia Ficción y
sus corriente temáticas. Las comenta. Comienza por Hard
SfF en la que se intenta con mucho
cuidado dar verosimilitud científica a la tecnología o los hechos científicos
que aparecen. Prosigue con Cyberpunk en la que el protagonista suele ser un antihéroe y que contiene un fuerte
componente anarco-libertario. Por último, analiza Space
Opera en la que aparecen muchos
personajes, tecnologías y civilizaciones sorprendentes. No se olvida de subraya la afirmación
de Asimov cuando pronuncio que la CF
es el único género de la literatura creado en el Siglo XX.
Se han trazo los hilos
argumentales del Mooc elaborado en la Universidad de Extremadura. Ahora, Angélinica García-Manso efectúa un repaso por los distintos autores clásicos y
contemporáneos. En concreto, se detiene, primero, en Edgar Allan Poe. Sus texto se enriquecen en referencias
culturalista y su poema filosófico El cuervo es el culmen de la estética Gótica. Luego, desmenuza a Julio Verne. Alumbra la novela científica. Concibió el
proyecto de crear la literatura de la era científica. Combina la CF y la
tradicional novela histórica y de aventuras.
Avanza
la narración. Nos topamos con Aitana
Martos quien nos proporciona la descripción de Cultura Fan o Fanfiction. Esa manifestación
creativa escrita por fans basadas en obras preexistentes que esos fans
admiran. Y, también, describe la Cibercultura
como un conjunto de valores, conocimientos, creencias generadas y compartidas
por usuarios de Internet.
Toca el final del
resume con Mar Campos Fernández-Figares.
Nos envuelve en datos justificando lo recomendable de adaptar la literatura al
cine. Esa adaptación cinematográfica muestra dos ejemplos. Arranca con Frankenstein.
Nos muestra una tabla comparativa entre el libro y la película. Señala las
diferencias. Más tarde, se centra en el film Blade Runner basada en la novela Sueñan los androides con ovejas eléctricas. Como el mayor
temor en Blade Runner era el silencio, por eso siempre hay una televisión
encendida, ¿la humanidad actual tiene en funcionamiento el ordenador por el
temor a “ese niño que no
quiere crecer” Esta síntesis de los contenido se
acrecienta con el estudio Peter Pan. El dramaturgo inglés James Barrie esbozó el paisaje de País de Nunca Jamás con su capitán
de los Niños Perdidos y su Wendy, la contadora de cuentos, que, años más tarde, se efectuó
una reflexión psicoanalítica sobre todo ese ambiente donde el tiempo no
transcurre determinando el “complejo de infantilismo”. Ahora, ¿por qué no
cerremos este relato ficcional inspirado en aspectos teóricos de un futuro aún
no escrito?
Érase una vez en un mundo de unos
y ceros -sistema binario, una especie serían los Binarios (son los compactos
habitantes humanoides de Bynaus), Sart Treck- donde corrían tiempos en las que
las narraciones breves de ficción
desvelaban una nueva frontera entre texto y el lector (Jenkins). En estas variaciones irrumpen
los vigilantes de la metamorfosis (Sánchez-Mesa)
en unas condiciones de virtualidad (Katherine
Hayles) dentro de una literatura ergódica (Espen Aarseth. Ergon,
trabajo y hodos, camino; es necesario
un esfuerzo que permite al lector transitar por el texto). Estamos ante una “alucinación consensual”
(ciberespacio, Willian Gibson). Ese
túnel de realidad virtual nos lleva a Neuromante.
“El cielo sobre
el puerto tenía el color de una pantalla de televisor sintonizado en un canal
muerto”.
-¿Los escritores de
ciencia-ficción somos una especie de charlatanes –se lee en Che cosa ci faccio in Internet de Giuseppe Salza (“Se les ocurren pocas
ideas y vimos de eso”, Gibson)-?
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